jueves, 3 de diciembre de 2015

DEPORTE, ANDALUCÍA Y FUTURO. Una opinión sobre la evolución y futuro del deporte andaluz en un contexto global.

Málaga 21 de febrero de 2012

Al final de la década de los 70, al comienzo de la preautonomía andaluza, el deporte en España y en Andalucía parte de una situación instrumentalizada por el régimen franquista con las celebraciones del primero de mayo en Madrid con la Obra Sindical de Educación y Descanso, el Frente de Juventudes, la liga entre el Madrid y el Barcelona y un Paquito Fernández Ochoa, con su merecida medalla en Sapporo ´72, que nos sorprendió a todos .

La Constitución Española en el 78, con el Art. 151, en Andalucía se desarrolla el Estatuto de Autonomía en el año 81 y abre nuevas vías para el desarrollo del deporte, como competencia exclusiva (no excluyente).Es la Junta de Andalucía quien comienza a ordenar el deporte dentro de sus competencias, es el tiempo de una ilusión, es el momento de nuevas expectativas que se crean en torno al deporte oficial, se sientan las bases para el deporte como bien público. Muchos recordamos el momento de la “toma de la calle” por los maratones populares, al igual que la calle fue tomada como escenario de la expresión social, política  y ciudadana. El deporte no estuvo a la zaga.

El déficit de instalaciones, la pobreza de alguna de éstas, y el concepto social del deporte espectáculo (especialmente el fútbol), nos hacía entender que era una especie de lujo, simple pasatiempo o algo superfluo que disfrutaban determinados clubes de la élite social de Andalucía o unos cuantos despistados que mantenían su afición a costa de su tiempo, su economía personal y sobre todo, de su entusiasmo. Posiblemente, había de todo, pero seguro que era un momento especial para algunos románticos, aunque se empezaba a ver un cambio para la práctica del deporte, especialmente al final de los 80.

En el 88, los Juegos Olímpicos de Seúl y los anteriores de Moscú y Los Ángeles animan ligeramente el panorama del deporte de alto rendimiento en España, pero es en Barcelona, con medallas cuando el deporte de alto rendimiento y el espectáculo deportivo cobran verdadera naturaleza, con 13 oros, 7 platas, 2 bronces y 40 diplomas. En Atlanta `96 hay un cierto descenso y en Sydney 2000 los resultados vuelven  a ser discretos, mediocres como lo habían sido antes de Barcelona. Sin embargo, el valor y la representación social del deporte en nuestro país han calado y nuestra sociedad está convencida de los valores y significación social del deporte.

Por otra parte, la educación física, como materia del currículo escolar crea bases para que el deporte se instaure como un medio capaz de incidir en la educación, en la salud, las relaciones sociales y proyectó los valores del deporte desde el sistema educativo. También de forma paralela, y con un impacto sorprendente, son los ayuntamientos, las corporaciones locales, y la iniciativa privada quienes asumen el motor del desarrollo del deporte en Andalucía: la creación de patronatos deportivos o fundaciones públicas o institutos con la oferta de programas deportivos, la dotación de equipamiento e instalaciones deportivas por parte de los ayuntamientos, diputaciones y Junta, la construcción de instalaciones de uso turístico deportivo ( piscinas, pistas de tenis, puertos deportivos, etc.). También la oferta que se realiza desde clubes y federaciones de fútbol, baloncesto, natación, tenis, golf, hípica (equitación), náutica (vela), la caza y la pesca, entre otras, hace que el indicador de practicantes actualmente en Andalucía, haya llegado a que 4 de cada 10 andaluces practiquen algún deporte  (37,8 % de la población). Sin embargo, sólo 2 de cada 10 de esos practicantes tienen licencia federativa (21% de los que practican). Esto quiere decir que la mayor parte de los que practican deporte lo hacen fuera de las federaciones y en especial en las actividades organizadas por los ayuntamientos o por libre.  Esto nos lleva a pensar que el aumento de la práctica del deporte será sostenido en un futuro hasta llegar a los 42 puntos del conjunto de España o a los más de 60 puntos en Alemania o más del 70% que declaran hacer algún tipo de actividad físico deportiva en Bélgica o en Gran Bretaña. Con estos datos, aunque sean generalistas, tal vez demasiado cuantitativos, hay que decir que todavía tenemos mucho que avanzar respecto a la masa de practicantes.

En Andalucía, los estudios realizados por encargo de la Consejería de Turismo y Deporte al profesor José Mª Otero (2000) de la Universidad de Málaga y la Fundación Andalucía Olímpica al profesor Eduardo Cuenca (2001) de la Universidad de Granada, indican la misma afirmación desde el punto de vista económico y de infraestructuras, según uno y otro autor, ya que el 41,2% de la financiación pública del deporte se canaliza a través de los patronatos, fundaciones y ayuntamientos, sobre el resto de las administraciones del Estado y que, en general, la línea de inversiones en deporte hasta el 2008 se mantendrá, en incluso tendrá un suave incremento.

El Modelo del Deporte en Andalucía, pasa necesariamente por la intervención de las corporaciones locales, especialmente los ayuntamientos. Pensamos que el deporte se ha consolidado como una demanda y un derecho ciudadano a los que los poderes públicos, y especialmente las entidades locales, atienden con el objeto prioritario de mejorar la calidad de vida de nuestros conciudadanos, a través de proyectos de ámbito municipal, comarcal y provincial que proporcionan las diversas ofertas de servicios en torno a la actividad deportiva y sus instalaciones, en la idea de facilitar el acceso a la práctica de todo el que lo desee, con independencia de su situación económica y / o social, en una línea de discriminación positiva hacia grupos atención especial (niños, jóvenes, mujeres, personas mayores,  discapacitados, etc.). En este sentido, consideramos que el deporte en las administraciones locales se ha configurado como un servicio público que afecta a diferentes etapas de la vida de los ciudadanos y se adapta a sus circunstancias.

Se trata pues de resaltar los impactos económicos, social del deporte y sobre la salud. También, especialmente, que el deporte municipal es capaz de mover cifras importantes en bienes y servicios, a la sombra de lo que pueden representar las grandes cantidades del gigantismo del deporte espectáculo, especialmente el fútbol como instrumento de negocio.

Por consiguiente, resulta grotesco, plantearse una vuelta atrás en el modelo ya estructurado del deporte en nuestro país y particularmente en Andalucía, respecto al papel presente y futuro de las corporaciones locales, en un intento de subvertir (¿) el desarrollo conseguido.

Pero el deporte en Andalucía, tiene otras exigencias como una actividad en desarrollo que constituye un yacimiento potencial de empleo, que necesita una vuelta de atención al deporte base, que deberá tutelarse y reordenarse por la Junta de Andalucía. El deporte de élite, el deporte de alto rendimiento y el deporte espectáculo deben abordarse desde el apoyo a la Fundación Andalucía Olímpica y la atención a los grandes clubes o sociedades anónimas deportivas como Club Baloncesto Málaga, Caja San Fernando, Real Betis, Sevilla, Málaga C.F.  etc. que necesitan de una orientación e impulso dimensionado desde el punto de vista de las administraciones públicas.

La pugna por los eventos deportivos (a veces rayando lo ridículo) y los grandes intereses económicos y del espectáculo deportivo hace conveniente pensar en un plan racional y estratégico de eventos deportivos, de carácter sostenido en la idea de unir la infraestructura turística con un uso ajustado y dimensionado al deporte espectáculo.

Las nuevas demandas sobre actividades deportivas en la naturaleza (senderismo, vuelo, ciclismo, vela, etc.), las actividades físico deportivas para personas mayores, la condición física para adultos, las competiciones de base, etc. constituyen un foco de atención sobre el que ofrecer nuevas instalaciones y aprovechar las existentes. Por esto el Plan Director de Instalaciones Deportivas y los Planes Locales de Instalaciones constituyen el reto más interesante que se nos presenta junto a la hipótesis de futuro que es el Plan General del Deporte de Andalucía. Todo es que se plantee adecuadamente con presupuestos y recursos  intelectuales y económicos.

Las expectativas y las tendencias de los años noventa y dos mil se caracterizan por la evolución económica, los retos de la globalización se presentan como una alternativa de la cultura y la economía de nuestro tiempo, las nuevas tecnologías suponen la tendencia de desarrollo del deporte local y el deporte en general. La telemática, ofimática, los nuevos materiales, etc. configurarán nuevos comportamientos en infraestructuras, nuevas modas, comercio de prendas, el ámbito de los smartphones y equipo deportivo,  especialmente. Desde el punto de vista social, existe una preocupación de la Comunidad Europea por reducir el tiempo de trabajo a cuatro días por semana y aumentar el tiempo de vacaciones hasta tres meses, para resolver el problema del desempleo, se reflejará igualmente en el movimiento y las demandas del deporte.

Por otra parte, las necesidades de superación y competición del individuo se ajustarán virtualmente a través de juegos o instrumentos telemáticos adaptados a su nivel de satisfacción o rendimiento....

Después de un intenso camino recorrido, son muchas las cuestiones e incertidumbres que se les plantean al deporte en Andalucía, pero es indudable que nunca hemos tenido las oportunidades económicas, los medios tecnológicos o las actitudes sociales y políticas que actualmente existen. Seguro que el futuro del deporte y sus consecuencias en Andalucía van a ser, cuanto menos, mejores que cualquier tiempo pasado.



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