Málaga 21 de febrero de 2012
La Constitución Española en el 78, con el Art. 151,
en Andalucía se desarrolla el Estatuto de Autonomía en el año 81 y abre
nuevas vías para el desarrollo del deporte, como competencia exclusiva (no
excluyente).Es la Junta de Andalucía quien comienza a ordenar el deporte dentro
de sus competencias, es el tiempo de una ilusión, es el momento de nuevas
expectativas que se crean en torno al deporte oficial, se sientan las
bases para el deporte como bien público. Muchos recordamos el momento de la “toma
de la calle” por los maratones populares, al igual que la calle fue tomada
como escenario de la expresión social, política
y ciudadana. El deporte no estuvo a la zaga.
El déficit de instalaciones, la pobreza de alguna de éstas, y el concepto social del deporte espectáculo (especialmente el fútbol), nos hacía entender que era una especie de lujo, simple pasatiempo o algo superfluo que disfrutaban determinados clubes de la élite social de Andalucía o unos cuantos despistados que mantenían su afición a costa de su tiempo, su economía personal y sobre todo, de su entusiasmo. Posiblemente, había de todo, pero seguro que era un momento especial para algunos románticos, aunque se empezaba a ver un cambio para la práctica del deporte, especialmente al final de los 80.
En el 88, los Juegos Olímpicos de Seúl y los anteriores de
Moscú y Los Ángeles animan ligeramente el panorama del deporte de alto
rendimiento en España, pero es en Barcelona, con medallas cuando el deporte de
alto rendimiento y el espectáculo deportivo cobran verdadera naturaleza, con 13
oros, 7 platas, 2 bronces y 40 diplomas. En Atlanta `96 hay un cierto descenso
y en Sydney 2000 los resultados vuelven
a ser discretos, mediocres como lo habían sido antes de Barcelona. Sin
embargo, el valor y la representación social del deporte en nuestro país han
calado y nuestra sociedad está convencida de los valores y significación social
del deporte.

En Andalucía, los estudios
realizados por encargo de la Consejería de Turismo y Deporte al profesor José
Mª Otero (2000) de la Universidad de Málaga y la Fundación Andalucía
Olímpica al profesor Eduardo Cuenca (2001) de la Universidad de Granada,
indican la misma afirmación desde el punto de vista económico y de
infraestructuras, según uno y otro autor, ya que el 41,2% de la financiación pública del deporte se canaliza a través de
los patronatos, fundaciones y ayuntamientos, sobre el resto de las administraciones
del Estado y que, en general, la línea de inversiones en deporte hasta el 2008
se mantendrá, en incluso tendrá un suave incremento.
Se
trata pues de resaltar los impactos económicos, social del deporte y sobre la salud. También, especialmente, que el deporte municipal es capaz de mover cifras importantes en bienes y
servicios, a la sombra de lo que pueden representar las grandes cantidades del
gigantismo del deporte espectáculo, especialmente el fútbol como instrumento de
negocio.
Por
consiguiente, resulta grotesco, plantearse una vuelta atrás en el modelo ya
estructurado del deporte en nuestro país y particularmente en Andalucía,
respecto al papel presente y futuro de las corporaciones locales, en un intento
de subvertir (¿) el desarrollo conseguido.
Pero
el deporte en Andalucía, tiene otras exigencias como una actividad en
desarrollo que constituye un yacimiento potencial de empleo, que
necesita una vuelta de atención al deporte base, que deberá tutelarse y
reordenarse por la Junta de Andalucía. El deporte de élite, el deporte de
alto rendimiento y el deporte espectáculo deben abordarse desde el apoyo a
la Fundación Andalucía Olímpica y la atención a los grandes clubes o sociedades
anónimas deportivas como Club Baloncesto Málaga, Caja San Fernando, Real Betis,
Sevilla, Málaga C.F. etc. que necesitan
de una orientación e impulso dimensionado desde el punto de vista de las
administraciones públicas.
La pugna por los eventos
deportivos (a veces rayando lo ridículo) y los grandes intereses económicos y
del espectáculo deportivo hace conveniente pensar en un plan racional y
estratégico de eventos deportivos, de carácter sostenido en la idea de unir la
infraestructura turística con un uso ajustado y dimensionado al deporte
espectáculo.
Las expectativas y las tendencias de los años noventa y dos mil se
caracterizan por la evolución económica, los retos de la globalización
se presentan como una alternativa de la cultura y la economía de nuestro
tiempo, las nuevas tecnologías suponen la tendencia de desarrollo del
deporte local y el deporte en general. La telemática, ofimática, los nuevos
materiales, etc. configurarán nuevos comportamientos en infraestructuras,
nuevas modas, comercio de prendas, el ámbito de los smartphones y equipo deportivo, especialmente. Desde el punto de vista
social, existe una preocupación de la Comunidad Europea por reducir el
tiempo de trabajo a cuatro días por semana y aumentar el tiempo de
vacaciones hasta tres meses, para resolver el problema del desempleo, se
reflejará igualmente en el movimiento y las demandas del deporte.
Por otra parte, las necesidades de superación y competición del individuo
se ajustarán virtualmente a través de juegos o instrumentos telemáticos
adaptados a su nivel de satisfacción o rendimiento....
Después
de un intenso camino recorrido, son muchas las cuestiones e incertidumbres que
se les plantean al deporte en Andalucía, pero es indudable que nunca hemos
tenido las oportunidades económicas, los medios tecnológicos o las actitudes
sociales y políticas que actualmente existen. Seguro que el futuro del deporte
y sus consecuencias en Andalucía van a ser, cuanto menos, mejores que cualquier
tiempo pasado.
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