La pérdida del equilibrio físico en las personas mayores
es un problema a resolver que ha de abordarse mediante tareas que conlleven la estimulación propia para prevenir caídas que pueden darse en la vida cotidiana y que frecuentemente producen
lesiones importantes, pérdida de la independencia y se asocian algunas
veces con enfermedad. Cómo consecuencia, las tareas de agilidad adaptada suponen una oportunidad para mantener patrones
motrices con suficiente validez lo más avanzados posibles.
Aunque se acepte que, en el caso del equilibrio, es suficiente una intervención incorporando
ejercicios para fortalecer la musculatura y la agilidad que lleva consigo
una disminución de las caídas y sus consecuencias, aún no se conocen cuáles son
los elementos o la combinación de elementos concretos y las intervenciones con
ejercicios específicos (desde el punto de vista de la sistemática del
ejercicio) que son más efectivos para mejorar el equilibrio de modo
determinante con la edad.
En este caso trabajamos con los objetos y con las personas para comprometer y estimular
situaciones de equilibrio a través del juego y del grupo.
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