viernes, 15 de mayo de 2020

PODOLOGÍA. AULA DE MAYORES DE LA UNIVERSIDAD DE MÁLAGA. ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD.

LOS CAMBIOS QUE SUFREN NUESTROS PIES CON EL PASO DEL TIEMPO

La gerontología es la ciencia que estudia el proceso de envejecimiento de los seres vivos y del hombre desde todos sus aspectos: biológicos, psicológicos, socio-económicos y culturales. 

Estos cambios se manifiestan gradualmente a lo largo de la vida y con variaciones en su aparición, según el medio ambiente en el que se desarrolle el individuo y sus condiciones y calidad de vida. Es decir, el envejecimiento es un fenómeno individual, que, aunque conocido, sorprende cuando se evidencia en uno mismo, porque nadie envejece por otro.

Después puedes seguir.
El cuidado de los pies en personas mayores

1.- CAMBIOS INHERENTES AL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO

En este apartado vamos a exponer cuales son los cambios que se producen en el envejecimiento en los diferentes sistemas del cuerpo humano, haciendo especial énfasis en aquellos relacionados con el pie, como son la piel, las uñas y el sistema músculo-esquelético

A) Envejecimiento de la piel

Las características fundamentales del envejecimiento de la piel son la pérdida de elasticidad y la deshidratación.

La coloración de la piel del pie es más pálida, debido en parte a la menor vascularización y a la menor cantidad de melanina.

Con respecto al cabello hay una disminución en la velocidad del crecimiento, y la ausencia de melanina en el folículo piloso es la causa de la falta de coloración. Tanto la aparición de las canas como el propio debilitamiento y caída del cabello son signos muy ligados, en general, a factores genéticos, cambios hormonales y predisposición racial.   En el pie, el vello suele estar disminuido por la disminución de la vascularización.

B) Envejecimiento de las uñas

El sistema tegumentario demuestra que el crecimiento continúa durante el proceso de envejecimiento; un signo particularmente evidente lo constituye el crecimiento de las uñas. Éstas suelen ser más duras, especialmente las de los pies, y más gruesas, por tanto, mucho más difíciles de cortar.
Al mismo tiempo suelen aparecer estrías longitudinales por alteración de la matriz ungueal, así como infecciones micóticas por hongos, por disminución de la respuesta inmune y vascularización.

C) Envejecimiento del sistema óseo

Los cambios que se producen a este nivel resultan muy evidentes en el anciano. La masa ósea disminuye y se desmineraliza; esta pérdida es superior, en la mujer, en el 25%, mientras que en el hombre se calcula sobre el 12%. La desmineralización que se produce en el envejecimiento se denomina osteoporosis primaria o senil, y las causas que la producen son: la falta de movimiento, la deficiente absorción e ingesta de calcio, la pérdida excesiva de mineral y los trastornos endocrinos, entre otras.

A nivel general hay una disminución de la talla, causada por el estrechamiento del espacio existente entre los discos vertebrales.

Aparece cifosis dorsal que altera la estática del tórax. Para compensarla es frecuente la flexión de las rodillas, caderas y tobillo, aparentando mayor longitud en los miembros superiores y el tronco corto. Asimismo, hay una tendencia a inclinar la cabeza hacia delante, lo que hace que se reduzca la distancia occisito-humeral.       

D) Envejecimiento del sistema muscular.

La pérdida gradual de fuerza muscular y atrofia muscular es la característica más destacable del envejecimiento de los músculos. Hay una disminución de masa muscular, aunque externamente no se aprecia por el aumento de líquido intersticial y de tejido adiposo.

E) Envejecimiento articular. Artrosis.

Las superficies articulares recubiertas de cartílago se deterioran con el transcurrir de la vida. A medida que el tejido va erosionándose, las dos superficies óseas de la articulación quedan en contacto, lo que causa la aparición de dolor, crepitación y limitación de movimientos. El estrechamiento del espacio articular se produce también por la pérdida de agua del tejido cartilaginoso. Por todo ello la movilidad articular suele estar reducida en el tarso y metatarso.

En el pie pueden aparecer deformidades, crepitaciones en las articulaciones y sobretodo dolor articular.

F) Envejecimiento del sistema nervioso

Disminución del peso y tamaño encefálico, existen menos neuronas (aunque algunas de ellas pueden reemplazar funciones de las que se han perdido). Temblor senil frecuente, disminución de reflejos, de la coordinación motora con frecuentes caídas, disminución de la sensibilidad, memoria y funciones intelectuales. Disminución de la termorregulación con tendencia a la hipotermia. La principal afectación es la marcha y los trastornos de la sensibilidad.

G) Modificaciones o cambios a nivel del sistema endocrino

La secreción hormonal en general disminuye con la edad. Hay dos aspectos básicos que hay que considerar en esta disminución: por un lado, el descenso del nivel de producción hormonal y, por otro, una menor respuesta orgánica frente a esta secreción. Hay que destacar una disminución importante de la tolerancia a la glucosa, al parecer provocada por la infrautilización de la insulina. El pie diabético es un pie de riesgo que merece un tratamiento podológico especial.

H) Sentidos: Tacto, vista y oído.

Son los sentidos cuya disminución funcional tienen un mayor impacto en el pie. En general aparece disminución de la sensación táctil, asimismo suelen estar disminuidas la sensibilidad térmica y dolorosa profunda. Esto hace que el pie quede expuesto mas fácilmente a traumatismos, quemaduras y objetos extraños, bien en el zapato o al caminar descalzo.

El sentido de la vista hace que la información visual sea menor, el campo visual se reduce y ello provoca una disminución de la propioceptividad que va a afectar al sentido del equilibrio y al desarrollo de la marcha.
            
La pérdida de funcionalidad auditiva también contribuye a una pérdida del sentido del equilibrio.

2.- CAMBIOS EN EL PIE Y EN LA MARCHA DEL MAYOR.

Fruto del envejecimiento de todos los sistemas, se van a producir determinados cambios en el pie, entre los que destacamos como más importantes:

a) Alteraciones de los dedos:

En el anciano, los más frecuentes son:
  • Hallux valgus o juanete: es la desviación hacia medial del primer metatarsiano y la existencia de una tumoración dolorosa, acompañada o no de bursitis, en la cara interna de la cabeza del primer metatarsiano. Pudiendo ésta llegar a ulcerarse e infectarse. Los restantes dedos, sobre todo el segundo, sufren modificaciones a medida que el proceso avanza transformándose en "dedo en martillo", y el resto del antepié se sobrecarga, haciéndose doloroso. A parte de varios factores como el hereditario, el papel del zapato estrecho y puntiagudo es esencial.
  • Dedos en martillo: engloba distintos tipos de deformidades como, el "dedo en garra", "en cuello de cisne", etc., de distinta significación. Suele acompañar a otras alteraciones del pie como, el pie cavo o las hiperqueratosis.
  • Clinodactilias: cuando los dedos se desvían por encima y por debajo. Se acompañan de hiperqueratosis interdigitales o en el pulpejo.
b) Alteraciones estáticas del pie:

De incidencia frecuente y de importancia distinta según la gravedad y el origen de la enfermedad, comprenden:
  • Pies planos: es un hundimiento de la bóveda plantar, normalmente asociado a una desviación hacia fuera del talón con respecto al eje sagital del cuerpo. Generalmente el anciano lo presenta por alteraciones de la extremidad inferior secundarias a sobrepeso o a artritis reumatoide o a fracturas.
  • Pie cavo: es el pie con un arco plantar longitudinal de altura excesiva apoyándose sobre todo en el talón y en la base del antepié. En el anciano se origina una sobrecarga, apareciendo dedos en garra e hiperqueratosis en la zona plantar y dorsal de los dedos.
  • Pie en valgo: es la desviación hacia fuera con respecto al eje sagital del cuerpo, produciéndose un hundimiento del arco interno e hiperapoyo en al cabeza del primer metatarsiano, provocando en el anciano un juanete.
  • Pie en varo: es la desviación del pie hacia dentro con respecto al eje sagital del cuerpo, pudiendo inducir en el anciano, una callosidad o callo en la falange del quinto dedo por aumento de la carga en la parte lateral externa.
 c) Alteraciones de la marcha

La marcha tiene dos componentes principales: equilibrio y locomoción. Estos componentes de la marcha son diferentes, pero están interrelacionados y van a estar influenciados por innumerables procesos patológicos que se dan en los pies. Los cambios que experimenta la marcha con la edad, han sido reconocidos desde siempre y van a estar condicionados por una serie de trastornos:
  • Trastorno idiopático de la marcha: se acentúan los cambios normales del envejecimiento originando una inestabilidad y enlentecimiento motor. Disminuye la velocidad, aumento del ángulo de paso y un desplazamiento anterior del centro de gravedad.
  • Vértigo posicional benigno: es frecuente en ancianos y consiste en un vértigo agudo e intenso, de menos de un minuto de duración, inducido por ciertas posiciones de la cabeza.
  • Síndrome poscaídas: se da en pacientes que sufren caídas de repetición o tiene el antecedente cercano de una caída. El miedo a caerse incapacita para la marcha. No se objetiva patología que lo justifique. Suele ceder con un programa de reentrenamiento.
  • Síndrome del defecto sensorial múltiple o “desequilibrio benigno del anciano”: debido al deterioro simultáneo de los sistemas de información neurosensorial, visual, vestibular y propioceptivo determinan una marcha inestable.



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